Las 15 mejores canciones de la historia

Una rapsodia de seis partes y casi seis minutos de duración puede ser un simple o sencillo que suene constantemente en las radios durante varios meses. Esa es una de las enseñanzas que dejó “Bohemian Rhapsody” a la industria de la música.

Imposible de clasificar, esta composición de Freddie Mercury que muestra el talento y la versatilidad de los integrantes de Queen incluye un coro a capela, algo de ópera, una balada, tramos instrumentales, un rock vibrante y una coda de cierre. La letra, bastante críptica, ha tenido diferentes interpretaciones y muchos le atribuyen un contenido autobiográfico, más allá de los simbolismos.

“Bohemian Rhapsody” fue incluida en “A Night at the Opera”, disco editado en 1975. En el álbum aparece otra enorme canción de Queen, que bien podría estar en este ranking: “Love of My Life”.

Aunque la grabación original es inalcanzable, “Bohemian Rhapsody” tuvo una versión muy aclamada en el tributo que se realizó a Mercury en el estadio de Wembley a cinco meses de su fallecimiento, con la participación de Axl Rose y Elton John.

Cuando Guns N’ Roses dio sus primeros pasos a mediados de la década de 1980, seguramente pocos esperaban que la banda ofreciera con el tiempo algo más que (muy) buenas canciones de hard rock, glam metal y heavy metal, con alguna que otra balada.

Sin embargo, en 1991, con el lanzamiento del álbum “Use Your Illusion I” se demostró la versatilidad de Axl Rose como compositor y cantante y el virtuosismo del resto de los músicos. En el disco sobresalió una canción de casi nueve minutos que tuvo un videoclip brillante (cuyo presupuesto fue de 1,5 millones de dólares): “November Rain”.

El tema, que Rose empezó a componer a comienzos de los ’80, se inspira en un cuento de Del James. Los solos de guitarra de Slash, la participación de una orquesta y la frase “Nothin’ lasts forever / Even cold November rain” (“Nada dura para siempre / ni siquiera la fría lluvia de noviembre”) son algunos de los elementos inolvidables de esta obra maestra.

Pocas canciones resumen tan bien una época y representan con tanta precisión a una generación como “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana. El tema también marcó la aceptación definitiva del grunge por parte de la industria y del público masivo.

Kurt Cobain sostuvo que la letra no tenía ningún significado en particular. Para los analistas, en cambio, refleja el inconformismo y el descontento de la juventud a principios de los ’90.

Versos como “I feel stupid and contagious” (“Me siento estúpido y contagioso”) y “Here we are now, entertain us” (“Aquí estamos ahora, entretennos”) pronto quedaron en la memoria colectiva. Los cambios de ritmo y el estribillo furioso también constituyen el alma de esta composición.

Con el tiempo, Cobain empezó a sentir rechazo por su canción más famosa. Incluso solía destacar que en el álbum “Nevermind” había otros temas igual de buenos o hasta mejores. Siguiendo con esta postura, muchas veces optó por no interpretar “Smells Like Teen Spirit” en vivo ya que consideraba que la gente le prestaba demasiada atención, en desmedro del resto de la playlist.

“Thriller” es una gran canción de Michael Jackson. Pero es indudable que, más allá de las cualidades sonoras del tema, no se puede separar el tema de su fantástico videoclip.

El video, que se estrenó a fines de 1983 y tuvo a John Landis como director, es una especie de cortometraje de 14 minutos. Se trata de una mini película de terror en la cual Jackson primero parece convertirse en hombre lobo, aunque luego se ve que esa metamorfosis solo era parte de un filme proyectado en el marco de la historia del clip. Más adelante el artista se transforma en zombi y, cuando parece que eso tampoco era real ya que su novia estaba soñando, mira a la cámara con ojos diabólicos…

En “Thriller” pueden escucharse diversos efectos sonoros que se asocian al cine de terror, como aullidos y truenos. Además hay un fragmento hablado con locución del famoso actor Vincent Price.

A más de tres décadas de su lanzamiento, escuchar “Thriller” sigue siendo sinónimo de baile. Cuando suena la canción, tratar de imitar la coreografía del videoclip es casi inevitable.

Si bien “No Woman, No Cry” aparece acreditada a Vincent Ford, Bob Marley fue su coautor o incluso su máximo responsable. Marley decidió registrarla a nombre de su amigo a modo de agradecimiento ya que le enseñó a tocar la guitarra y hasta lo recibió en el comedor para gente carenciada que llevaba adelante.

La idea de “No Woman, No Cry” habría surgido de una historia real y estaría vinculada al llanto de una madre después de que su hijo fuera arrestado por posesión de armas. Otras teorías, en cambio, aseguran que Marley la escribió para su esposa Rita, pidiéndole que no se lamente ya que él iba a regresar, o incluso que alude genéricamente a todas las mujeres que sufren por culpa de algún hombre.

Una curiosidad de este tema es que resulta más famosa su versión en vivo incluida en el disco “Live!” de 1975, que la grabación original en el álbum “Natty Dread” del año precedente.

La frustración y la rebeldía de los jóvenes aparecen con precisión en “(I Can’t Get No) Satisfaction”, una canción que Mick Jagger y Keith Richards compusieron cuando tenían 22 años de edad.

Cuenta la leyenda que la pegadiza melodía fue soñada por Richards. El título y el concepto, en tanto, los aportó Jagger inspirándose en un tema de Chuck Berry. Aunque el propio guitarrista aseguró que no confiaba demasiado en el éxito de “(I Can’t Get No) Satisfaction”, la obra marcó el despegue definitivo de The Rolling Stones a escala mundial.

“No consigo satisfacción / y eso que lo intento (…) / pero no la consigo”, canta Jagger y a él se siguen sumando millones y millones de personas que se sienten poco felices. O que, simplemente, quieren entonar y bailar una de las mejores canciones de la historia, grabada originalmente para el álbum “Out of Our Heads” de 1965.

El disco “Led Zeppelin IV”, lanzado en 1971, tiene varios clásicos de la banda británica y del rock en general, como “Black Dog” y “Rock and Roll”. Pero hay uno que sobresale para meterse de lleno entre las mejores canciones de la historia: “Stairway to Heaven”.

Curiosamente, “Stairway to Heaven” no se difundió como sencillo. Eso no impidió que, gracias a los pedidos de la gente y a la decisión de los programadores, sonara sin cesar en muchas estaciones radiales.

De “Stairway to Heaven” se ha dicho mucho. Se afirmó que, si se reproducía al revés, presentaba un mensaje satánico, algo desmentido por la banda. También fue acusada de ser un plagio de un tema de Spirit titulado “Taurus”: hubo un litigio y la Justicia falló a favor de Jimmy Page y Robert Plant.

En cuanto a la letra de esta canción de ocho minutos, resulta abstracta. Plant se limitó a explicar en alguna ocasión que la escribió estando malhumorado y simplemente siguiendo su inspiración…

“Another Brick in the Wall” es una canción que consta de tres partes y totaliza casi ocho minutos y medio de duración. Su segundo tramo es el más conocido, comenzando con la emblemática frase “We don’t need no education” (“No necesitamos ninguna educación”).

Creada por Roger Waters, forma parte del álbum conceptual “The Wall” de 1979, donde se narran las vivencias de un rockero ficticio llamado Pink. La sección número dos es tomada como una crítica a la educación formal y a la estructura de las escuelas, que limitan la libertad de pensamiento y la creatividad de los alumnos.

El “ladrillo en el muro” (“brick in the wall”), de todos modos, fue interpretado y reinterpretado de distintas maneras y en diferentes contextos. Por eso la canción fue censurada en varios países por decisión de regímenes dictatoriales y gobiernos despóticos. Por ejemplo, sufrió prohibiciones en la Sudáfrica del apartheid, donde se había transformado en una canción de protesta de la población de raza negra.

¿Es posible elegir una única canción de The Beatles sin cometer una injusticia? “All You Need is Love”, “Come Together”, “Help!”, “Let it Be”, “Love Me Do”, “Yesterday”… todas inmortalizadas por la misma banda de Liverpool.

En esta oportunidad nos quedamos con “Hey Jude”, uno de los tantos tesoros que nos regalaron John Lennon y Paul McCartney. Tal como ocurrió con otras canciones de este ranking, su extensa duración (más de siete minutos) no le impidió alcanzar la cima de los charts ni sonar en la radio.

“Hey Jude”, en realidad, era “Hey Jules”: una canción cuya letra compuso McCartney para darle ánimo a Julian, el hijo de Lennon, tras el divorcio de John y Cynthia Powell. Luego, al darse cuenta que quedaba mejor “Jude” que “Jules”, cambió el nombre del destinatario.

Resulta curioso que Lennon, según confesó, haya pensado que el tema en realidad estaba dedicado a él. John entendió que, en la letra, McCartney le decía que se marchara pero que, a su vez, no quería perderlo.

En 2016, Bob Dylan logró algo histórico: por primera vez, para alegría de muchos y descontento de otros tantos, un músico consiguió quedarse con el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca, de este modo, reconoció la trascendencia poética de las letras de este cantautor estadounidense.

Muchos años antes, más precisamente en 1963, Dylan presentó al mundo una de sus composiciones más significativas: “Blowin’ in the Wind”, parte de su disco “The Freewheelin’ Bob Dylan”. Considerada como una canción de protesta, también se destaca por sus reflexiones filosóficas.

Dylan compuso “Blowin’ in the Wind” en un café. La tarea, según se cuenta, le tomó unos pocos minutos. Tiempo suficiente para la aparición de preguntas retóricas como “¿Cuántos caminos debe recorrer un hombre / antes de que lo llamen un hombre?” y el concepto que atraviesa toda la canción: “La respuesta, mi amigo, está soplando en el viento”.

Es interesante señalar que, en un principio, “Blowin’ in the Wind” tuvo solo dos estrofas. Luego Dylan le agregó la tercera y le dio forma final a su trabajo.

“Every Breath You Take” ganó el Premio Grammy por Canción del Año en 1984 y además le permitió a The Police quedarse con el Premio Grammy a la Mejor Interpretación Pop Vocal por un Grupo o Dúo. A más de tres décadas y media, el tema sigue vigente.

En una primera escucha, “Every Breath You Take” parece una composición romántica. Sin embargo, como el propio Sting reconoció, subyace algo siniestro detrás: la obsesión y el afán de control.

Sting indicó que la canción habla de un amor perdido y de la intención de vigilar a esa persona por celos. Por eso se sorprendió con la recepción de la mayoría de la gente, que le otorga un tinte positivo y la asocia al amor más puro o sano.

En realidad, alcanza con respetar el sentido literal de la letra para entender lo que dice Sting: “Every breath you take (…) / I’ll be watching you”. O sea: “Cada vez que respires (…) / Estaré vigilándote”.

En 1971, John Lennon dio a conocer una canción que se convertiría en un himno pacifista capaz de atravesar las fronteras y las épocas: “Imagine”. El británico, que compuso el tema con su pareja Yoko Ono, logró plasmar con maestría un mensaje de amor y esperanza que llegó a todas las culturas.

Son veintidós estrofas inolvidables, que dejaron versos como “Nada por qué matar o morir” y “Podrán decir que soy un soñador, pero no soy el único”. Lennon grabó la versión original junto al bajista Klauss Voorman y el baterista Alan White, con Phil Spector como productor.

“Imagine” forma parte del disco homónimo. Se trató del segundo álbum de Lennon tras la separación de The Beatles.

Numerosos artistas de renombre han reversionado “Imagine”. Desde Stevie Wonder hasta Madonna, pasando por Elton John, Queen, David Bowie y Lady Gaga, muchos quisieron hacer propias las palabras de Lennon y contribuir a la difusión de los ideales de esta canción.

Sobre muchas de las mejores canciones de la historia existen diversas versiones acerca de su origen y su significado. “Have You Ever Seen the Rain?”, de Creedence Clearwater Revival, no es la excepción.

Se dice que John Fogerty compuso el tema cuando, en medio del incipiente éxito de la banda, se enteró que su hermano Tom iba a alejarse de la agrupación. Por eso se preguntaba sobre la “lluvia cayendo en un día soleado”, una alusión a una tormenta en medio de la felicidad. También suele afirmarse que, en realidad, la composición está inspirada en la Guerra de Vietnam, siendo la “lluvia” una metáfora de las bombas que caían desde el cielo en la nación asiática.

Interpretaciones al margen, muchos artistas hicieron propia la canción. Ramones, Bonnie Tyler, Rod Stewart, Willie Nelson y Dire Straits, entre otros, grabaron o tocaron en vivo “Have You Ever Seen the Rain?”, contribuyendo a agrandar su leyenda.

Cuando grabó “Like a Virgin”, Madonna tenía 25 años y era una incipiente figura del pop, pero estaba muy lejos de ser la gran estrella en la que se convirtió. Esta canción, que forma parte del disco homónimo, supuso su despegue definitivo hacia la cima.

Compuesta por Billy Steinberg y Tom Kelly, no fue pensada originalmente para Madonna. Pero, como reconocieron los propios creadores, la artista fue la responsable de su trascendencia, ya que la letra del tema quedó indisolublemente asociada a la rebeldía de la cantante.

No está demás señalar, en este marco, que “Like a Virgin” no tiene nada que ver con la virginidad de Madonna. En el tema, Steinberg alude a los sentimientos que experimentó al comenzar una relación amorosa.

El videoclip de la canción, rodado en Venecia y en Nueva York, hizo su parte y ayudó a incrementar la popularidad de “Like a Virgin”. A Madonna se la ve vestida de novia y bailando como stripper, por ejemplo, mientras que también aparece un león.

Los hechos transcurrieron el 4 de diciembre de 1971. Ese día, Frank Zappa tocaba con su banda The Mothers of Invention en el casino de Montreux (Suiza) cuando alguien del público disparó una bengala y provocó un incendio. Los integrantes de Deep Purple también se encontraban en la ciudad y observaron a pocas cuadras de distancia, desde su hotel, el humo sobre el lago Ginebra.

Esa vivencia aparece narrada en “Smoke on the Water” (“Humo sobre el agua”), una de las mejores canciones de la historia. El título se le ocurrió al bajista Roger Glover, mientras que el inconfundible riff del inicio fue obra de Ritchie Blackmore.

“Smoke on the Water” es parte de “Machine Head”, el sexto disco de Deep Purple. No es el único clásico de este excelente álbum de heavy metal o hard rock, que también incluye otras canciones memorables como “Highway Star”, “Lazy” y “Space Truckin’”.