En 2015, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) inscribió al vallenato en el listado del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Se trata de un género musical que surgió en la región del Caribe colombiano y que se caracteriza por el uso del acordeón, la guacharaca y la caja.
De acuerdo a los historiadores, el vallenato nació hace más un siglo en la zona de Magdalena Grande. Sus orígenes pueden rastrearse en los territorios donde actualmente se desarrollan los departamentos de Magdalena, Atlántico, Bolívar, Cesar y La Guajira.
Los primeros vallenatos eran cantados por campesinos y pastores que, a modo de juglares, recorrían cientos de kilómetros transmitiendo mensajes y noticias. En sus composiciones había influencias de ritmos aborígenes, cantos de los esclavos, instrumentos europeos y poemas españoles.
Es posible reconocer cuatro aires o ritmos en el vallenato: merengue, son, puya y paseo. Cabe destacar que existe un vallenato tradicional y otros que fueron evidenciando los aportes de diferentes géneros y estilos.
Entre los mejores vallenatos aparecen clásicos interpretados por artistas como Carlos Vives, el Binomio de Oro de América y Diomedes Díaz, por ejemplo. La mayoría de las canciones más conocidas cuentan con muchas versiones, ya que numerosos músicos desean interpretarlas y las incorporan a sus repertorios.
De Colombia al mundo, el vallenato invita a bailar en cualquier fiesta o reunión social. Éxitos como “Olvídala”, “Los caminos de la vida” o “La gota fría” demuestran que los mejores vallenatos no reconocen fronteras ya que se cantan y se disfrutan en muchas naciones.