Los 15 mejores compositores de la historia

¿Quién no conoce a Beethoven? Seguramente es uno de los compositores que más ha conseguido inmortalizarse accediendo a la idiosincrasia de un público más popular.

Ludwig van Beethoven nació el 16 de diciembre de 1770 en Colonia y falleció el 26 de marzo de 1827 en Viena. Entre sus maestros tuvo a personajes ilustres como Muzio Clementi, Antonio Salieri y Joseph Haydn, que lo ayudarían a encontrar su voz interior.

En la música de Beethoven encontramos piezas propias del Clasicismo y otras que inauguran un nuevo período el Romanticismo. Quizá, gracias a esa versatilidad es que para muchos podría considerarse uno de los más importantes compositores de la historia.

Compuso obras de diversa envergadura: desde piezas para pieza y música de cámara hasta lieder, ballet y música orquestal.

Mencionar por encima sus obras más importantes es compleja, porque ha escrito mucho y muy bueno. Tenemos sus «Nueve sinfonías», su ópera «Fidelio», la «Missa Solemnis» y las «Sonatas para piano». Los «Cuartetos rusos», realizados por encargo del conde Razumovski son sumamente importantes porque podrían considerarse los puntos conectores entre los dos estilos musicales que supo desarrollar.

La música clásica tiene varios artistas destacados pero, seguramente, ninguno tan inmenso como Mozart. En él se inicia un período que cambiará la historia de esta disciplina artística.

Wolfgang Amadeus Mozart nació en Salzburgo (Imperio Germánico) el 27 de enero de 1756. Falleció en Viena el 5 de diciembre de 1791, a los 35 años.

Una de las características fundamentales de su obra es que compuso piezas de diversas índoles. Desde música sinfónica, a música operística, coral y para fortepiano. Y se destacó en todos los ámbitos por su gran versatilidad para entender los sonidos en función de la interpretación instrumental.

Entre sus obras más importantes habría que mencionar sus óperas: «Don Giovanni», «La flauta mágica» y «Las bodas de Fígaro». También es sumamente importante su «Gran misa en do menor». Sus arias de concierto, por otro lado, nos permiten comprender su gran capacidad para componer música minimalista.

Algunas de sus piezas son de gran virtuosidad, siendo muy difícil encontrar intérpretes capaces de hacerles justicia. Una buena opción para disfrutar de su obra de coloratura es decantarse por las versiones de Cecilia Bartoli, una de las grandes virtuosas de nuestro tiempo.

En el período Barroco de la música encontramos varios nombres destacados. Johann Sebastian Bach es seguramente uno de los más populares.

Johann Sebastian Bach nació en Sajonia el 21 de marzo de 1685 y falleció en Leipzig el 28 de julio de 1750.

Su obra se considera la más importante de la música barroca. Se ha destacado de ella la fusión de una técnica impoluta con la belleza de la composición. Uno de los recursos más frecuentes en su obra y que supo utilizar con buen gusto es el contrapunto.

Entre sus piezas más importantes se encuentran «El clave bien temperado», «Tocata y fuga en re menor», «Suites para violonchelo» y «Suites para orquesta».

En su música podemos encontrar una gran influencia de la obertura francesa, que consiguió aportarle al barroco una diversidad y una dulzura en la virtuosidad revolucionarios.

Para muchos Bach es el gran compositor Barroco. Sin duda un precursor que alimentaría el trabajo de genios posteriores como Mozart, Schuman y Chopin. Porque el Barroco lejos de morir fue la semilla de toda la música que vendría después. Un género alucinante y vivaz que ningún amante de la música debería desconocer.

En el período Barroco contamos con uno de los compositores más grandes de la historia: Antonio Vivaldi. Ha influido en la obra instrumental de numerosos músicos, como Johann Sebastian Bach.

Antonio Vivaldi nació en Venecia el 4 de marzo de 1678 y falleció el 28 de julio de 1741. Compuso una gran variedad de obras, entre las que se destacan sus piezas para violín y música de cámara, sus óperas y sus partituras para orquesta. «Las cuatro estaciones» es seguramente su obra más popular, aunque no la mejor. En la música de Vivaldi lo verdaderamente más destacado son sus óperas: «La verità in cimento», «Bajazet» y «Argippo», donde encontramos algunas piezas extraordinarias para canto como «Agitata da due venti», «Ah fuggi rapido» y «Tuona spesso all’aer cieco».

Entre las cualidades significativas de su obra encontramos algunas características propias del barroco: el virtuosismo y la energía en la coloratura, que vuelven su música verdaderamente exquisita e inolvidable. Sus piezas para canto son altamente exigentes porque obligan a los cantantes a hacer escalas concatenadas de forma virtuosa, imponiendo variaciones en cada movimiento. Escuchar a una buena intérprete cantar una pieza de Vivaldi es profundamente conmovedor. Cecilia Bartoli es, quizá, la cantante que mejor ha sabido entender su música, ofreciéndonos interpretaciones inolvidables.

Si nos centramos en el Romanticismo tenemos que hablar de Fryderyk Franciszek Chopin, uno de los mejores representantes de esta estética.

Fryderyk Franciszek Chopin nació en Varsovia el 1 de marzo de 1810 y falleció el 17 de octubre de 1849. Entre sus principales cualidades se le destaca su gran capacidad para ofrecernos una técnica impecable que, combinada con un exquisito gusto estilístico le permitió componer algunas de las obras fundamentales de la historia de la música. Asimismo, su talento y su trabajo le sirvieron para convertirse en un referente ineludible para músicos posteriores, como Mozart, Beethoven o Rajmáninov, entre muchos otros.

Una de las cosas más llamativas de Chopin es que casi toda su obra consiste en obras para piano. Bajo el título de «Concerto Número 2 en Fa menor», «Étude. Op.10» y «Nocturnos» y «Preludios» su música ha dado la vuelta al mundo. Fuera del piano, compuso partituras para violonchelo, de las que se destaca su «Sonata para violonchelo en Sol menor».

La música de Richard Wagner es una de las más destacadas del período romántico. Desarrolló una gran cantidad de piezas y propuso algunas variaciones que influirían en creadores posteriores.

Richard Wagner nació en Leipzig el 22 de mayo de 1813 y falleció en Venecia el 13 de febrero de 1883. Aunque se hizo conocido por sus composiciones musicales, era también un prolífico poeta y ensayista, que supo dejar obras escritas tan importantes como su música. Su idea de la música como «obra de arte total» se continúa utilizando para intentar explicar la semilla de la creatividad.

Entre sus composiciones más destacadas encontramos «El holandés errante», «Los maestros cantores de Núremberg», «Tristán e Isolda» y «Parsifal». Los recursos más utilizados por Wagner son el contrapunto, los cromatismos y las variaciones armónicas imperfectas.

Lamentablemente, Wagner también fue un pensador antisemita, que publicó un ensayo El judaísmo en la música, en el que desarrolla una explicación sobre la superioridad aria respecto a la judía y defenestra a dos importantes músicos: Meyerbeer y Mendelssohn.

Rusia ha sido un país que ha enriquecido enormemente el mundo de la música. Entre sus compositores más importantes se encuentra Tchaikovsky.

Piotr Ilich Tchaikovsky / Chaikovsky nació en Vótkinsk el 25 de abril de 1840 y falleció en San Peterburgo el 25 de octubre de 1893.

Piotr Ilich Tchaikovsky ha compuesto una gran variedad de obras. Entre sus obras más importantes podríamos destacar sus ballets «El lago de los cisnes», «El cascanueces» y «La bella durmiente», sus óperas «Eugenio Oneguin» y «La dama de picas». También escribió numerosas piezas para voz y cuerdas: «Concierto para violín» y «Primer cuarteto para cuerda».

Se lo considera uno de los compositores rusos más intensos. Su forma de componer, dejándose el alma en cada compás, ha servido para convertirle en un músico inolvidable. Cabe mencionar que Piotr Ilich Tchaikovsky era homosexual y hablaba abiertamente sobre su sexualidad: algo que seguramente le otorgó una mayor libertad a la hora de componer.

Fanny Mendelssohn nació en Hamburgo el 14 de noviembre de 1805 y falleció en Berlín el 14 de mayo de 1847. Era hermana del también compositor Felix Mendelssohn. Se cree que muchas de las obras que se le adjudican a él fueron compuestas por su hermana.

Su contacto con Fanny von Anrnstein y Sarah Levy, mujeres aristocráticas que en su salón realizaban tertulias con prestigiosos invitados, le permitió entrar en un círculo musical de la época y hacerse notar como pianista y compositora. Lamentablemente por ser mujer no tuvo las mismas oportunidades que su hermano, lo que le cerró muchas puertas.

Entre las piezas más importantes de Mendelssohn se destacan «Vier Lieder op. 8.» y «Sonata de Pascua», aunque gran parte de sus creaciones fueron asimiladas como composiciones de Félix y se está trabajando para determinar la autoría, por lo que se estima que Fanny compuso muchas más obras de las que en realidad se le adjudican.

En el Romanticismo encontramos autores inconfundibles, como la de Franz Schubert, que supieron componer piezas inolvidables.

Franz Schubert nació en Austria el 31 de enero de 1797 y falleció en Viena el 19 de noviembre de 1828.

De su música se destacan fundamentalmente los lieders, las sinfonías y la música sacra. No obstante también ha compuesto música incidental y óperas.

«Quinteto La Trucha», «Rosamunda», «La bella molinera», «Ellens dritter Gesang» (pieza para mezzosoprano), «Sinfonía inacabada», «Sonata para piano en si bemol mayor, D. 960» y «Misa en sol» son algunas de las más reinterpretadas a lo largo de la historia de la música.

La música religiosa de Schubert ha sido la que más aceptación ha tenido en aquel período. Por poner un ejemplo: su «Ave María» se ha convertido en una pieza popular que no falta en celebraciones religiosas y tradicionales. Probablemente, esto se debe a que su interpretación no representa una gran dificultad, como sí puede suponerlo la que compuso Charles Gounod.

Johannes Brahms es uno de los compositores románticos con más apego al Clasicismo, cuyas obras continúan acompañándonos en nuestros días. Nació en Hamburgo el 7 de mayo de 1833 y falleció en Viena el 3 de abril de 1897.

Fue pianista y casi toda su obra la interpretó él mismo en los círculos aristocráticos y culturales de la época. Asimismo, realizó colaboraciones con algunos de los músicos más destacados de su tiempo: Clara Schumann y Joseph Joachim.

De su obra podría destacarse su «Cuarteto con piano en sol menor», la «Sonata para dos pianos en fa menor» y el «Quinteto para clarinete». También se destacan sus piezas para voces: «Rapsodia para contralto» y su «Canción de cuna».

En su composición podemos encontrar algunos elementos destacados: la importancia de sostener una estructura sólida y formal y, al mismo tiempo, el uso de interrupciones y variaciones insospechadas que dotan a su música de un ritmo único.

Si nos centramos en la ópera italiana uno de los compositores más populares que tenemos es Giuseppe Verdi. Supo ofrecer una serie de óperas románticas que se convertirían en el ADN de este género musical.

Giuseppe Verdi nació en Le Roncole (Busseto) el 10 de octubre de 1813 y falleció en Milán el 27 de enero de 1901. Sus óperas se caracterizan por otorgarle un importante protagonismo a los coros y por la densidad dramática de la composición.

Entre sus obras más conocidas se encuentran «La Traviata», «Nabucco», «Aida», «Otelo», «Réquiem» y «Rigoletto». Fue uno de los compositores mejor tratados en el Teatro de La Scalla de Milán, de referencia a nivel internacional en el ámbito operístico.

En las óperas de Verdi el papel principal suele tenerlo la soprano; por eso, saber escoger a la artista que ocupará este lugar es fundamental para el éxito de la representación. Algunas sopranos que se han destacado en la historia interpretando a Verdi son María Callas, Lisa Della Cassa y Renata Scotto. En el presente Diana Damrau y Lisette Oropessa son las más destacadas.

Dentro de la ópera se distinguen dos grandes grupos, las obras dramáticas y las obras de coloratura. Gioachino Rossini fue un destacado compositor de óperas de este segundo grupo del subgénero de la comedia. No obstante, también compuso óperas de coloratura de temática realista y corte solemne. Convirtiéndose en uno de los grandes referentes del barroco moderno.

Gioachino Rossini nació en Pésaro el 29 de febrero de 1792 y falleció en París el 13 de noviembre de 1868. Se destacó por haber escrito 39 óperas, muchísimas canciones, música de cámara y música sacra.

Entre sus comedias más destacadas se encuentran «La italiana de Argel», «El barbero de Sevilla» y «La cenicienta». «Otelo», «Semiramide» y «Guillermo Tell» y «Tancredi», son sus óperas solemnes más populares.

Algunas de las intérpretes que mejor nos han permitido apreciar la composición inigualable y juguetona de Rossini son Cecilia Bartoli, Natalie Dessay, Mado Robin, Lily Pons, Joan Sutherland y Beverly Sills. Cabe mencionar que estas intérpretes suelen ser denominadas rosinianas, una subcategoría dentro de las voces de coloratura.

Sin lugar a dudas una de las estéticas más populares de la música académica es el Barroco. En dicha línea encontramos numerosos compositores. Händel es uno de ellos.

George Frideric Händel nació en Prusia el 23 de febrero de 1685 y falleció en Londres el 14 de abril de 1759. Se lo considera uno de los músicos más importantes en la historia de la música. De hecho, se destaca por ser el primer compositor moderno.

En sus obras hay un recurso que supo utilizar con maestría, la homofonía. La virtuosidad de sus piezas es otra característica que ha provocado que se convirtiera en un compositor inigualable. Compuso piezas de oratorio y música de cámara pero sobre todo se destacó como compositor de ópera italiana: compuso 43.

Sus obras más destacadas son las óperas «Julio César en Egipto», «Agripina», «Rinaldo», «Serse» y «Ariodante». También tiene numerosas obras de música de cámara para interpretación vocal y una serie de oratorios fascinantes, «El Mesías», «Salomón» y «José y sus hermanos».

Muchas mujeres en el pasado debieron mantenerse a la sombras de sus padres, hermanos y maridos. Así le sucedió a Clara Schumann, casada con el compositor Robert Schumann, cuya existencia fue invisibilizada durante mucho tiempo, pese a haber compuesto algunas piezas inolvidables.

Clara Schumann nació en Leipzig el 13 de septiembre y falleció en Fráncfort del Meno el 20 de mayo de 1896. Fue pianista y compositora y se la considera una de las grandes concertistas del período romántico europeo.

Fue la principal intérprete de la obra de Robert Schumann, consiguiendo que el nombre de su marido adquiera cierta relevancia. La pareja tenía una gran relación por lo que se estima que ambos han desarrollado juntos algunas de las obras que firmaba Robert y que Clara interpretaba. De las 12 canciones de «Zwölf Lieder auf F. Rückerts Liebesfrühling op. 12 (op. 37 de Robert)», tres son de Clara.

También «Carnaval» y el «Concierto para piano y orquesta en la menor» tiene el toque de la compositora. Asimismo, Clara desarrolló versiones propias de las obras de Schumann. Otras obras importantes de Clara Schumann son su «Op. 1 Quatre Polonaises pour le pianoforte», «Concierto para piano en la menor», «Trío para piano en sol menor op. 17» y «Tres romances para violín y piano».

En la música académica estadounidense el nombre de Amy Beach se presenta como uno de los más destacados. Fue la primera compositora de la historia del país.

Amy Marcy Cheney Beach nació el 5 de septiembre de 1867 en New Hampshire y falleció en New York el 27 de diciembre de 1944. Fue pianista y una de las más brillantes compositoras del siglo XX.

Aprendió su primera pieza a los cuatro años, un vals de Strauss que aprendió de oído, escuchando tocar a su madre. Tardó muy poco en intentar sus primeras composiciones, donde la influencia de Strauss es notable. Antes de los diez años podía tocar sorprendentemente bien obras de Händel, Mendelssohn, Bethoven y Mozart.

Entre sus obras más destacadas se encuentran la ópera «Cabildo» y «Tema y variaciones para flauta y cuarteto de cuerdas». También escribió un libro Diez Mandamientos para Jóvenes Compositores, con valiosos consejos para desarrollar el talento en el ámbito musical.