El género de videojuegos conocido como FPS (First Person Shooter) o de disparos en primera persona es sin duda uno de los más populares de la industria. En pocas palabras, se caracterizan por la perspectiva de la cámara, que le permite al jugador mirar a través de los ojos de su avatar, y por centrar sus mecánicas en la lucha mediante armas de fuego, tanto clásicas como actuales o imaginarias.
Con respecto a sus orígenes, los primeros títulos en ofrecer experiencias de este tipo datan de la década de 1970; entre ellos tenemos Maze War y Spasim. Sin embargo, recién en el año 1992 se lanzó el FPS que se convertiría en el padre del género: Wolfenstein 3D. Fue desarrollado por la compañía ID Software, con las mentes brillantes de John Carmack y John Romero a la cabeza, quienes tan sólo un año después lanzaron la primera entrega de Doom, saga que se convirtió en sinónimo de FPS.
Desde entonces, este género ha avanzado muchísimo en todos los aspectos posibles, desde sus controles hasta sus gráficos y sonido. Uno de los cambios más importantes con respecto a los videojuegos de disparos en primera persona más antiguos fue la incorporación de una cámara con total libertad de rotación, que permite mirar en cualquier dirección. Tanto Wolfenstein 3D como Doom la limitan al eje horizontal, es decir que permiten mirar únicamente hacia los lados.
No podemos dejar de lado la jugabilidad en línea, una de las características más valiosas de los juegos FPS. Por medio de una conexión local o remota, es posible competir contra otros jugadores, potenciando la experiencia y renovándola en cada sesión, más allá de las situaciones guionadas que puedan ofrecernos los NPCs (personajes que controla la inteligencia artificial).
A continuación te presentamos los mejores FPS de la historia.