Los 10 mejores juegos de mesa

El Monopolio es el juego de mesa más popular del siglo XX. Uno de los entretenimientos que ha conseguido sobrepasar mejor las fronteras geográficas y del tiempo.

Fue creado en 1903 por Elizabeth Maggie, una diseñadora de juegos estadounidense. Su nombre original era The Landlord’s Game. Lamentablemente fue plagiado y patentado a espaldas de su creadora por Charles Darrow, que le cambió el nombre a Monopoly, con el que todavía se le conoce.

El juego enfrenta a los jugadores en un tablero dividido en casillas donde cada una representa un terreno susceptible de ser edificado.

El objetivo es comprar dichos terrenos, y construir casas y hoteles en ellos. Se inicia la partida con una cantidad monetaria equitativa entre jugadores y, a medida que se va avanzando, cada uno va comprando o vendiendo propiedades, para conseguir hacerse con la mayor cantidad de territorio del tablero.

Cuando los demás jugadores caen en un terreno adquirido por otro, deberán pagar un impuesto, que se calcula en proporción al valor del terreno. Cuando un jugador se queda sin dinero y sin tierras pierde la partida. El juego se termina cuando un jugador se ha hecho con el monopolio de todo el tablero.

¿Lo has jugado? Seguramente es uno de los juegos más divertidos de la historia. Aunque sea una loa al capitalismo, es muy entretenido.

¿Quién no ha disfrutado locamente de este ingenioso juego? ¿Quién no continúa pasándose tardes enteras entre estrategias de alfiles y caballos? El Ajedrez es seguramente uno de los mejores juegos de mesa de la historia.

Es un derivado del chaturanga, un juego de origen persa que llegó a Europa gracias a la expansión árabe en este continente, durante el Imperio bizantino.

El Ajedrez enfrenta a dos personas que disponen de 16 piezas cada una, que se colocan en un tablero de 64 casillas, distribuidas en una cuadrícula de 8×8 donde las casillas son de color blanco y negro, dispuestas de forma alternada. Asimismo, cada participante juega con un conjunto de piezas de color blanco o negro.

Es un juego de estrategia cuyo objetivo principal es derrocar al rey del oponente. Para ello debe ir eliminando sus diversas fichas; objetivo que se realiza cayendo con sus propias fichas en las casillas del oponente. El juego se termina cuando uno de los dos hace «jaque mate», eliminando al rey. Puede quedar también en empate, cuando quedan sólo los dos reyes y se han realizado 10 jugadas sin que ninguno de los dos consiguiera eliminar al otro.

El Ajedrez es un juego divertido, ingenioso y sumamente útil para el desarrollo cognitivo, por lo que no debería faltar en ningún hogar.

Otro juego inolvidable de la infancia es el Scrabble. Ninguna casa carece de este maravilloso juego de letras.

Fue creado en los años 20 por Alfred M. Butts, un arquitecto desempleado a quien le gustaba tallar en madera. Diseñó el juego intentando fundir sus dos pasatiempos favoritos: los crucigramas y los rompecabezas. Como ninguna marca se interesó en él, lo dejó para jugar con su mujer y sus amigos. Pero en los años 50 Mattel lo publicó y consiguió llevarlo a la cima. Al día de hoy es uno de los juegos de mesa más populares del mundo.

El Scrabble consiste en un tablero con grillas sobre las que deben formarse palabras. Cada jugador recibe una serie de fichas con letras impresas. El que comienza a jugar coloca una palabra en el medio de la grilla y, a partir de ese momento, todos los jugadores por turno deben ir agregando palabras, hasta formar un gran árbol, usando siempre alguna de las letras que ya se encuentran en el tablero.

Dependiendo de las letras utilizadas, cada palabra vale un determinado puntaje. En español, las letras de puntuación más alta son W, X, Y y Z, porque son las más raras de encontrar en palabras en nuestro idioma y por ende, las más difíciles de utilizar para formar nuevas palabras.

El juego se termina cuando se han utilizado todas las fichas. Y gana el jugador que ha sumado más puntos al terminar la partida.

El Pictionary es otro juego de mesa inolvidable de la infancia. Tiene varias ediciones, entre las que se incluye el «Pictionary Junior», para los peques de la casa.

Fue creado por Rob Angel en 1985 y uno de los grandes aciertos de su esencia es que permite divertirse en grande en equipos.

El juego consiste en un tablero sobre el que hay que ir avanzando mientras se resuelven incógnitas. Hay un mazo con cartas donde se presenta los resultados. La metodología del juego consiste en que cada equipo en su turno, uno de sus integrantes tome una carta, la lea y dibuje lo que dice, a fin de que el resto de los integrantes descubran cuál es. Hay un tiempo límite y, en caso de que no consigan responder en ese tiempo, deben ceder el turno al siguiente equipo. Un detalle importante es que mientras el jugador está dibujando no puede emitir una sola palabra.

A diferencia del tabú, que consiste en guiar a los demás a través del lenguaje verbal, en el Pictionary la única comunicación posible es el dibujo. ¡Y qué divertido es!

Las Damas es un juego de mesa también conocido como las monedas lisas o las damiselas, que se desarrolla entre dos contrincantes. Se cree que es un juego que data del año 3000 a.C. Tiene sus versiones en casi todas las culturas; siendo el que se ha popularizado en occidente una herencia del mundo árabe.

Para jugarlo se emplea un tablero dividido en cuadros blancos y negros, siendo de 64 cuadros el total. Sobre las casillas negras se colocan las fichas: cada jugador tiene 20 piezas idénticas (de color rojo o negro, según cada equipo) y el juego consiste en avanzar a través del tablero moviendo las piezas en diagonal a través de él. En el trayecto va «comiendo» las piezas del contrincante, eliminándolas al pasar por encima de ellas. Gana el que consigue eliminar todas las fichas del oponente.

Las damas es seguramente uno de los juegos más sencillos y divertidos de la infancia. Generalmente es un juego que viene en compañía del Ajedrez.

Un juego sumamente entretenido y popular es la Batalla naval, conocido también como Hundir la flota o el juego de barquitos. Se trata de un entretenimiento de estrategia con un factor de suerte y memoria importantes.

Fue producido por primera vez como un juego de mesa en 1931, por la firma Milton Bradley Company. No obstante, sus orígenes son muy diversos. Hay quienes dicen que habría que irse a la Rusia zarista, en la que los amigos se reunían y mediante lápiz y papel se divertían hundiendo barquitos. Otros señalan sus comienzos en un juego muy popular en Francia a principios del siglo XIX, conocido con el nombre L’Attaque.

El método de juego es sumamente sencillo. Cada participante maneja un tablero que no puede ser visto por su contrincante. Dicho tablero representa un espacio en el mar dividido en una grilla con letras (de la A a la J) en el eje x y números (del 1 al 10) en el eje y. Cada jugador debe ubicar su flota en esta grilla. Por turnos, cada uno deberá preguntar si hay barcos en una ubicación determinado; el contrincante debe responder ‘agua’ (si es un espacio sin naves), ‘tocado’ (si es un espacio donde hay un barco pero que abarca más casilleros) y ‘hundido’ (en el caso de que en esa casilla no sólo haya un barco, sino que al tocarla dicha nave sea descubierta completamente).

Gana el jugador que elimina todos los barcos de su adversario.

Para muchos Indicios es sinónimo de infancia. ¡Cuántas tarde intentando dar con la respuesta para las diez pistas! Indicios fue creado en los años noventa por la marca Edukit.

Es un juego que se desarrolla de la siguiente manera. Cada participante tiene un cartón dividido en cuatro secciones: personajes, ciencias, naturaleza y artes, cada una de ellas dividida a su vez en seis niveles. Tiene también cuatro fichas que irá deslizando del 1 al 6, a medida que vaya resolviendo los enigmas. Hay un mazo con cartas divididas también en esas temáticas. Cada carta contiene un resultado y diez pistas que sirven para llegar a esa respuesta.

En cada turno cualquiera de los participantes debe tomar una carta con la incógnita y debe leer las diez pistas para el jugador que está jugando. Éste deberá dar con la respuesta. Cuanto más tarde menos puntos consigue. Gana el jugador que consigue llegar hasta el nivel máximo de todas las secciones. Cuando se han leído todas las pistas pero el jugador no consigue dar con la respuesta adecuada, debe hacer descender un nivel la ficha correspondiente.

Catán o Los colonos de Catán es otro popular juego de los años noventa. Fue creado por Klaus Teuber y es uno de los primeros juegos de estilo alemán que se han exportado y vuelto populares en el mundo.

Una de las particularidades que ha colaborado potencialmente con su éxito es su simple jugabilidad. Es un entretenimiento muy fácil de entender, aunque la dinámica puede complejizarse muchísimo, dependiendo del grado de implicación de los jugadores. Esto lo vuelve interesante para cualquier edad.

Aunque la idea fundamental del juego no es del todo positiva, porque trata precisamente de la colonización y promueve ideas de jerarquía social, para muchos jugadores resulta entretenido. Tanto es así que se ha convertido en un juego sumamente popular en formato también virtual. Tiene sus versiones en Windows y también en consolas de videojuegos. Existen también varias versiones, cada una de ellas ubicada en un período histórico específico.

Un juego muy popular durante los años ochenta y noventa fue el Tabú. ¿Quién no ha disfrutado domingos enteros con este entretenimiento?

El Tabú se juega en equipos de dos o más personas cada uno. El objetivo es averiguar una palabra siguiendo una serie de pistas. Cada equipo debe sacar una carta en la que aparece una palabra principal y una serie de términos relacionados. Dicha carta sólo puede verla uno de sus integrantes; en un tiempo determinado deberá brindar pistas al resto de los integrantes de su equipo para que descubran la palabra principal, pero no puede usar ni ésta ni ninguna de las palabras que la acompañan, que son ‘tabú’. Gana el equipo que más palabras acierta.

Existen casillas especiales en las que se brinda más tiempo para acertar, lo que aumenta las posibilidades de ganar del equipo que caen en ellas.

Si no has probado el Tabú, te lo recomendamos, porque es un juego verdaderamente divertido.

Para los amantes de las palabras, sin duda juegos como el Boggle nos han ayudado a aprender nuevos sintagmas y a inventarnos palabras con tal de ganar.

El Boggle es un juego de mesa creado por Allan Turoff y producido por Hasbro y Parker.

El juego se compone de 16 dados con letras en cada una de sus caras y una grilla plástica. Luego de mezclar correctamente los dados (para eso la grilla cuenta con una tapa que hace las veces de cubilete), se colocan correctamente sobre la grilla y se inicia la cuenta regresiva (que suele ser de dos minutos por turno). En este tiempo cada jugador debe armar palabras con las letras dispuestas en la grilla. La regla fundamental es que las palabras deben armarse con letras adyacentes, como ocurre con una sopa de letras.

En cada turno se cuentan la cantidad de palabras y cada jugador obtiene un puntaje. Gana la partida el jugador que más puntos haya obtenido a lo largo de ella.