Los 15 mejores escoltas de la NBA

Nadie que entienda un poco de básquetbol dejaría a Michael Jordan afuera de un ranking de los mejores escoltas de la NBA. De hecho, el deportista que se formó en la Universidad de North Carolina, brilló en los Chicago Bulls y se retiró en los Washington Wizards, suele ser señalado como el mejor jugador de todos los tiempos.

Jordan era un goleador temible: fue el máximo anotador de la NBA en diez ocasiones y finalizó su carrera con un asombroso promedio de 30,1 puntos por encuentro. Pero también era un excelente defensor, siendo incluso reconocido como el mejor de la liga en la temporada 1987-88.

Consiguió seis anillos de campeón con los Bulls y en cinco oportunidades se quedó con el trofeo al MVP. Más allá de la NBA, se consagró en la NCAA con su equipo colegial y además obtuvo dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos con el seleccionado de los Estados Unidos. Michael Jordan, el basquetbolista más grande de la historia.

En enero de 2020, un fatídico vuelo en helicóptero puso fin a su vida de manera prematura. Tenía apenas 41 años de edad y mucho para disfrutar junto a su familia. La tragedia causó conmoción y agrandó aún más la figura de Kobe Bryant, uno de los mejores escoltas de la NBA.

Bryant pasó del equipo de su escuela secundaria directamente a la NBA. Debutó con la camiseta de Los Ángeles Lakers en 1996 y se retiró veinte años después en la misma franquicia. En el medio, conquistó cinco anillos, fue nombrado MVP de la temporada 2007-08 y quedó como goleador de la NBA en dos ocasiones.

Nada menos que en dieciocho ocasiones participó del All Star Game. Bryant, como Jordan, sobresalía por su talento y su espíritu competitivo y además encandilaba con su estilo espectacular y acrobático. También como MJ, Kobe se subió dos veces a lo más alto del podio olímpico.

Otro dato que muestra la genialidad de este basquetbolista: en 2006 le anotó 81 puntos a los Toronto Raptors, logrando la segunda anotación más alta de la historia, solo superada por los míticos 100 puntos que consiguió Wilt Chamberlain en un partido de 1962.

Dwyane Wade nació en Chicago en 1982. No sorprende, por lo tanto, que el ídolo de su infancia haya sido Michael Jordan, de quien trató de copiar sus movimientos.

Tras brillar dos temporadas en la Universidad de Marquette, se incorporó a Miami Heat, que lo seleccionó en la quinta posición del draft de 2003. Su impacto fue inmediato, convirtiéndose en el goleador y en el líder en asistencias del equipo.

Con los Heat ganó tres anillos. El primero de ellos fue en la temporada 2005-06, formando una gran dupla con Shaquille O’Neal. Luego obtuvo dos consecutivos (2011-12 y 2012-13), cuando fue parte del Big Three con LeBron James y Chris Bosh. MVP de las Finales de 2006, goleador de la liga en 2009, dos veces incluido en el mejor quinteto, trece veces participante del All Star Game… Wade, quien también jugó para los Bulls y los Cavaliers, se convirtió en uno de los animadores de la competencia.

Con la selección de Estados Unidos, Wade consiguió dos medallas olímpicas (bronce en Atenas 2004 y oro en Pekín 2008). Además subió al podio en la Copa Mundial de 2006, donde EE.UU. finalizó en el tercer puesto.

2.973 triples en 1.300 juegos correspondientes a la serie regular. Los números no dejan dudas y sitúan a Ray Allen entre los mejores tiradores de la historia de la NBA.

Dueño de una mecánica envidiable, Allen mantuvo una efectividad del 40% en lanzamientos de tres puntos. Un dato que demuestra su letalidad: en 2002, jugando para Milwaukee Bucks, le anotó diez triples en un partido a Charlote Hornets.

Su mano mágica lo llevó a ganar el concurso de triples del All Star Game de 2001. Siete años después consiguió su primer anillo jugando para Boston Celtics, logro que repetiría en 2013 junto a Miami Heat.

Allen, quien también jugó para Seattle SuperSonics, participó diez veces del Juego de las Estrellas. En 2018, a dos años de haber anunciado su retiro, fue incluido en el Salón de la Fama. Fuera de la NBA, su trayectoria incluye la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.

La carrera de Reggie Miller demuestra que, en algunos casos, no hace falta conseguir títulos para ubicarse entre los mejores jugadores. En sus dieciocho temporadas en la NBA, todas en las filas de Indiana Pacers, jamás logró el anillo de campeón; sin embargo, abundan los reconocimientos hacia él.

Miller se retiró de la actividad profesional en 2005, a los 39 años de edad. Para entonces ya había participado cinco veces del Juego de las Estrellas e integrado el tercer mejor quinteto de la NBA en tres ocasiones. Y lo más relevante: era el máximo triplero de la historia de la liga, siendo superado tiempo después por Ray Allen y Stephen Curry.

Reggie también consiguió sumarse al Club del 50-40-90, que reúne a quienes logran promediar al menos 50% en tiros de campo, 40% en triples y 90% en tiros libres a lo largo de una temporada. Miller pudo hacerlo en 1993-94, siendo uno de los apenas nueve basquetbolistas que integran ese listado.

Hay un solo basquetbolista que, antes de cumplir 27 años, ya había logrado ganar un anillo de la NBA, conquistar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos y consagrarse campeón del mundo. Se trata de Klay Thompson, participante en cinco ocasiones del All Star Game.

Thompson fue seleccionado en puesto 11º del draft de 2011 por Golden State Warriors. En sus primeros tres años como profesional, superó la barrera de los 500 triples, siendo el primer jugador en alcanzar este hito tan pronto.

Otro récord lo estableció en 2016 al marcarle 60 puntos en 29 minutos a los Indiana Pacers. Campeón de la liga en tres oportunidades con los Warriors, Thompson también se quedó con el Concurso de Triples de 2016.

Lamentablemente, una rotura del ligamento cruzado anterior y una lesión en un tendón de Aquiles le hicieron perderse dos temporadas completas (2019-20 y 2020-21). Pese a que ya demostró ser uno de los mejores escoltas de la NBA, Klay Thompson apuesta a volver a los primeros planos.

Manu Ginóbili, Tim Duncan y Tony Parker formaron el Big Three con más partidos ganados en la historia de la NBA. El trío se quedó con cuatro anillos (2003, 2005, 2007 y 2014), siendo el escolta argentino determinante en estos logros.

En dieciséis temporadas, Ginóbili se convirtió en el jugador con más triples y más robos en los Spurs. Además se ubica entre los cinco primeros en rebotes, asistencias y puntos, por ejemplo.

Dos participaciones en el Juego de las Estrellas, dos inclusiones en el tercer mejor quinteto de la liga y un premio al Mejor Sexto Hombre también dan cuenta de su brillante paso por la NBA.

Como si fuera poco, Manu ganó un liga italiana, dos copas de Italia y una Euroliga con Kinder Bolonia y dos medallas olímpicas (oro en Atenas 2004 y bronce en Pekín 2008) con la selección argentina, conjunto con el cual además fue subcampeón del mundo en 2002.

Por lo que hizo adentro de la cancha, Jerry West está considerado como uno de los mejores escoltas de la NBA. Pero también se destacó afuera del rectángulo de juego como entrenador (ganando un título de la División Pacífico) y como directivo (siendo dos veces elegido Ejecutivo del Año).

Con los pantalones cortos, West obtuvo un subcampeonato de la NCAA con la Universidad de West Virginia. De allí pasó a la NBA, jugando para Los Ángeles Lakers durante catorce temporadas.

Un anillo de campeón, un premio al MVP de las Finales, diez inclusiones en el mejor quinteto de la liga y catorce participaciones en el Juego de las Estrellas son algunos de los hitos de su carrera con los Lakers. Con el seleccionado estadounidense, por otra parte, se llevó la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de 1960.

Como curiosidad, es interesante señalar que la silueta de West aparece en el clásico logo de la NBA. Por eso uno de sus apodos es “The Logo”.

Aunque también se ha destacado como base, James Harden es uno de los mejores escoltas de la NBA. Capaz de anotar cerca o lejos del cesto y ante cualquier defensor, “The Beard” (“La Barba”) suele lograr estadísticas asombrosas.

Harden fue el MVP de la NBA en la temporada 2017-18, cuando también quedó como máximo anotador (logro que repitió en 2018-19 y 2019-2020). En 2016-17, por otro lado, había sido el líder en asistencias.

Hasta la fecha, participó en nueve All Star Game y seis veces integró el mejor quinteto de la liga. En 2011-12, además, se llevó el galardón al Mejor Sexto Hombre.

Su mejor promedio anotador lo consiguió en 2018-19, con 36,1 tantos por juego. En dos partidos de aquel campeonato llegó a anotar 61 puntos, mientras que en otras dos ocasiones marcó 60 unidades.

Cabe resaltar que, pese a que todavía no tiene anillos, Harden se dio el gusto de ganar dos medallas de oro con el seleccionado de EE.UU. (en los Juegos Olímpicos de 2012 y en la Copa Mundial de 2014).

Jimmy Butler se fue transformando en una estrella poco a poco. En el draft de 2011, por ejemplo, fue elegido en la posición 30º, por detrás de varios jugadores que ni siquiera pudieron afianzarse en la NBA.

De promediar 5,6 puntos en su primera temporada con Chicago Bulls pasó a 23,9 unidades por juego en 2016-17, cuando se despidió de los Bulls. Para entonces ya había ganado el reconocimiento al Jugador Más Mejorado de la liga.

Con los años, fue elegido cinco veces para el All Star Game y en cuatro ocasiones para el tercer mejor quinteto de la NBA. Butler también se destacó en Minnesota Timberwolves, Philadelphia 76ers y Miami Heat aunque, por el momento, no pudo gritar campeón.

El seleccionado estadounidense, en cambio, sí le permitió quedarse con un título. Butler fue parte del equipo que se llevó la preciada medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

John Havlicek jugó dieciséis temporadas en la NBA y en la mitad de ellas salió campeón. La cuenta es simple: obtuvo nada menos que ocho anillos, siempre luciendo los colores de los Boston Celtics.

La cifra le permite compartir el tercer puesto entre los jugadores más ganadores de la historia de esta liga. Además este escolta es el jugador con más partidos disputados y más puntos anotados en los Celtics, donde también supieron brillar Bill Russell, Larry Bird y otros grandes.

Havlicek fue el Jugador Más Valioso de las finales de 1974. Lo eligieron cuatro veces en el mejor quinteto de la competencia y en trece oportunidades participó del All Star Game. Por eso no sorprende que haya sido nombrado entre los cincuenta mejores jugadores históricos de la NBA ni que forme parte del Salón de la Fama.

John Havlicek murió en 2019, cuando tenía 79 años de edad. Por supuesto, ningún amante del básquetbol lo ha olvidado.

Abundan los motivos para incluir a Clyde Drexler entre los mejores escoltas de la NBA. Fue dos veces finalista junto a los Portland Trail Blazers y finalmente consiguió el anillo en 1995 con los Houston Rockets; participó del All Star Game en diez ocasiones; y fue elegido entre los cincuenta mejores jugadores de la historia de la liga.

Integrante del Salón de la Fama desde 2004, Drexler fue un gran goleador. Logró promediar más de 20 puntos por partido en ocho de las dieciséis temporadas que disputó, alcanzando su marca más alta en 1988-89, cuando llegó a 27,2 tantos por encuentro. Pero también se destacó en otras áreas: tuvo una media de 5,6 asistencias y 6,1 rebotes por juego a lo largo de su carrera.

Drexler incluso se dio el lujo de formar parte del legendario Dream Team que se llevó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92. Allí compartió equipo con Michael Jordan, Magic Johnson y Larry Bird, entre otros astros.

George Gervin, apodado “The Iceman” (“El Hombre de Hielo”), es más que uno de los mejores escoltas de la NBA. Empezó su carrera profesional en la extinta ABA y la finalizó en España, previo paso por el básquetbol italiano y por la también desaparecida CBA.

Gervin fue el máximo goleador de la NBA en cuatro temporadas. El 9 de abril de 1978, por ejemplo, tuvo una actuación histórica. Jugando para San Antonio Spurs, le anotó 63 puntos a New Orleans Jazz, incluyendo 33 en un solo cuarto.

Tras nueve temporadas con los Spurs, se despidió de la NBA con el plantel de Chicago Bulls. Su promedio en la liga más importante del mundo fue de 25,1 tantos por juego.

“The Iceman”, quien jugó nueve All Star Game e integró cinco veces el mejor quinteto del torneo, no tiene ningún anillo en su haber. Al menos, se coronó cinco veces en la División Medio Oeste.

Hay un solo jugador que logró completar al menos una temporada como goleador en la NCAA, la ABA y la NBA. Se trata de Rick Barry, integrante del Basketball Hall of Fame desde 1987.

Barry fue el mejor novato de la NBA en la temporada 1965-1966. Casi una década después (1974-75), consiguió el anillo de campeón y fue elegido Jugador Más Valioso de la serie final.

Cinco veces formó parte del mejor quinteto de la liga. En el ’96, lo seleccionaron como uno de los mejores cincuenta jugadores de la historia de la NBA y también integró el equipo del 75º aniversario que se anunció en 2021.

Se despidió de la NBA en 1980, con una media de 23,2 puntos, 6,5 rebotes y 5,1 asistencias a lo largo de 794 partidos de serie regular. Tras su retiro, fue entrenador en la CBA y en la USBL y trabajó como comentarista y analista deportivo.

Drazen Petrovic (o Dražen Petrović) vivió solamente 28 años. Un accidente automovilístico truncó su existencia y dio lugar al nacimiento de la leyenda.

Al morir, Petrovic recién estaba comenzando a brillar en la NBA. Tras un paso irregular por Portland Trail Blazers, el croata encontró su lugar en la liga de la mano de New Jersey Nets. Arribó a la franquicia con la temporada 1990-91 en marcha y promedió 12,6 puntos en 43 partidos. En la 91-92 subió su marca anotadora a 20,6 y luego, en la 92-93, llegó a 22,3 tantos por encuentro.

Antes de desembarcar en Estados Unidos, Petrovic había conquistado Europa, destacándose primero en el Cibona de Zagreb y más tarde en el Real Madrid. Con el seleccionado de Yugoslavia, en tanto, cosechó dos medallas olímpicas (bronce en Los Ángeles 1984 y plata en Seúl 1988) y se consagró campeón del mundo en Argentina 1990. Con Croacia, además, se llevó la plata en Barcelona 1992.